sábado, 21 de agosto de 2010

Capítulo 3 -Más allá de las palabras-

La noticia llegó a mi como un jarro de agua helada.
En ese momento quería pensar que seria un retraso normal, habitual en la pubertad, pero al pasar varias semanas pensé que quizás no era algo tan frecuente, así que me decidí, fui a la farmacia a comprar una prueba para embarazo.
Intenté alejarme todo lo que pude de mi casa,. Así evitaría que todo el pueblo se enterase. En un pueblo de 10.000 habitantes es raro que no se conozca casi todo el mundo, y los rumores pasan muy rápido.
Cuando llegué a la farmacia más alejada a la que mis piernas me permitieron, un calor sofocante nació de mi interior, algo tan raro que no sabría describir.
Recuerdo que ese calor iba recorriendo cada parte de mi cuerpo, dejando como huella el sudor que nacía de mi. Pronto, me empecé a marear, todo me daba vueltas, y todo se veía borroso.
Hasta ahí recuerdo… Por que después caí inconsciente al suelo.
Me desperté en una habitación celeste, con un olor a vainilla bastante desagradable (¿Quien tuvo la magnifica idea de poner vainilla en las esquinas de la habitación?). Iba vestida con una bata caída de color verde…color verde hospital, si todos lo conocemos ese color, es muy horrible a la vista. Allí estaba yo rodeada por mis familiares.
-¡Oh no ! Mi vida está acabada, más acabada aún-Pensé antes de mirar a mis padres
-Cariño, ¿como estás ? (La cosa se va a poner fea, y no sé como salir de esta)-Mi madre sonreía
-Hola mamá, ¿Que es lo que se va a poner feo?-Dije un tanto extrañada.
-¿Qué dices cielo? No he dicho nada de que se fuese a poner nada feo-Respondió rápidamente.
-¡Claro que si mamá !
-Patricia ..¡he dicho que no ! El mareo te ha dejado un poco fuera de ti ¿verdad ? (Bien, bien, lo hice bien, ¡conseguí escapar de esa pregunta!)-Y me acarició el pelo, con su mano derecha
-Pero , papá , por que hace eso…La acabo de escuchar decir que se ha librado de mi pregunta-Mi padre hizo caso omiso a mi pregunta, se giró y salió por la puerta junto con los demás, no sin antes esconder la cabeza y decir con un tono muy bajo:
-Me avergüenzo de ti.
No podía estar pasándome esto. Se habían enterado. Lo sabia. Mi vida estaba ahora mas hundida que nunca, y todo por ese indeseable al que un día quise.
Hija…-Intentó empezar mi madre.
Toc , toc. Allí estaba él, mi ángel.
-¿Se puede? Hola Patricia, soy el doctor Segovia, encantado. Me gustaría hablar contigo… a solas.-Y miró a mi madre
-Por supuesto Doctor Segovia-Y salió de la habitación.
-Bien Patricia, tengo algo malo que anunciarte. El bebé lo has perdido, solo estabas de unas semanas…
La desagradable noticia, a pesar de ser algo sumamente desesperante para mi ,no sabia si tomármela a bien, por el hecho de que mi vida podía (o eso creía yo) continuar igual, o entristecerme por que ya no lo tendría…
-Debo también decirte, que sólo tus padres se han enterado de esto. Los demás miembros de la familia, no saben nada. He estado hablando con tus padres, y su decisión eran clara. Te mandarían a un internado. Antes les he estado comentando las posibilidades de que comiences una vida con gente que te oriente. Lo único es que seria en otra cuidad.
-Si, por favor. No puedo vivir con mis padres, sabiendo que se avergüenzan de mi…-Bajé la cabeza.
-No se avergüenzan de ti, solo quieren conocer la verdad.
Después de hablar con el doctor, llamé a mis padres, y alguno con mas interés y otro con menos, me escucharon. Les conté lo que pasó con Víctor, y el echo de que yo no quería hacer nada y al parecer esto les hizo tomar la decisión por la cual estoy hoy aquí….Me mandaron a Galicia.
En Galicia había un centro, una especie de reformatorio, al que iban niñas con problemas de drogas, madres adolescentes ,anoréxicas, niños que robaban… Chicos y chicas de todo tipo.
Se supone que la especialidad de este centro, era “educar” y “colocar en el camino correcto” a quien lo necesitase.
A mi se me había impuesto la disciplina, algo que nunca CREI que yo necesitara. Esto me hizo cambiar mi comportamiento, eso si, encajé a la primera en aquel lugar.
Mi repentina rebeldía, me hizo ser “la reina del patio “ tal y como me decían ellos. Mi forma de ser era imposible de soportar, me rebelaba contra todo el que se pusiese en mi camino.
Aquí aprendí en poco tiempo, lo que era la vida, sin necesidad de vivirla, sin necesidad de dañarme…sin dañarme mas.

Estuve poco tiempo allí..un par de meses. Después volví a casa. Por navidad como el turrón…
Intenté volver a la normalidad…
Recuperar un comportamiento más o menos aceptable, ir a clase, relacionarme con mis compañeros, en fin lo que suele hacen una chica de, ahora ,15 años.

Empecé a conocer a mis nuevos compañeros, ya que me cambié de instituto a uno de un pueblo cercano.
Paula, Pedrito, Rocío, David, Gema, Gimo, Guille, Noe… Eran simpáticos, y me trataban como a una más.
Dicen que cada acto crea, inevitablemente un circulo vicioso que vuelve a su lugar de origen… Y cierto que era…

No hay comentarios:

Publicar un comentario