domingo, 22 de agosto de 2010

Capítulo 10 -Más allá de las palabras-

Le expliqué a mi madre , lo que Paula me había dicho, y no hubo ningún problema.


La noche fue más dura de lo que yo pensaba, más traumática, con mas dolor, con mas lagrimas, y con mas sufrimiento del que creía que iba a brotar en mi…

Durante la noche, recuerdo pocos instantes en los que concilié el sueño .Tuve que hacer caso omiso a mi desesperada conciencia, que me culpaba de haber metido a Guille en esto, por que obviamente esto no era un echo puntual, todo no había hecho mas que empezar,

Uno de aquellos instantes, en los que logré dormir, duró apenas un par de segundos, por que unos fuertes gritos me despertaron. ¿Quién gritaba ? Yo. Eso no es lo peor, puedo aguantar mis propios gritos, miedo e inseguridades, pero no puedo aguantar hacer que los demás los hagan suyos también, y sin ninguna explicación lógica que contarle a mi madre, ella creó sus propias conclusiones.

-Tienes que volver a ir al psicólogo- Me decía con una voz dulce

.Mamá, me encuentro perfecta, no hay necesidad de gastar el dinero tontamente, no estamos para tirar cohetes en la economía de nuestra republica independiente.-Intenté gastar una broma, cuyo resultado fue..mas que pésimo.

-Cielo, lo primero eres tú, así que calla. No hay mas que hablar

-Mam…- Y me interrumpió con un grito

-¡A callar y a dormir! Que mañana será otro día , Patricia, es que te pones mas pesada….-Y cerró la puerta de un golpe.



La noche siguió transcurriendo con la normalidad que se podía esperar.



A las 5 y media de la mañana, volví a despertar. Estaba en pleno combate de boxeo donde los protagonistas éramos yo y mi conciencia.

-No, tengo culpa de haber metido a Guille en esto. Él debía de haberse marchado, yo no le pedí que se quedara.

-Si, si tienes la culpa. Le mentiste. Le dijiste que tus padres no podían llevarte a casa de Paula.

-No, no tengo por que pedirle perdón. Fue un echo puntual, ya no volveremos a saber nada más de aquel personaje de las rosas.

-Eres una mentirosa Patricia, todos volvían a confiar en ti y ahora nadie sabe lo que de verdad está ocurriendo estás sola y así estarás el resto de tu vida.



Definitivamente, mi conciencia era dura conmigo.

El ganador del combate, indudablemente fue ella, mi conciencia. Esto hizo que los planes de futuro que yo pudiese estar creando , se despedazaran todos de golpe , por que ahora era yo la que pensaba que necesitaba un psicólogo.



Me desperté a las 9 de la mañana aproximadamente.

La misma rutina, la misma vida, pero esta vez algo iba a cambiar…



Nada más levantarme de la cama, agarré el móvil y mandé un sms a Guille:



-Lo siento muchísimo. Espero que puedas perdonarme. ¿Nos vemos a las 12 en la Pérgola ? Un beso.



Esperé media hora mas o menos, su contestación, pero no había nada.

Lo llamé un par de veces, con nulo resultado: Lo tenia apagado.



Me empezaba a preocupar. Guille no es de esas personas que dejan el móvil apagado. Es bastante atento, y siempre se preocupa de tener bateria para ponerlo a cargar.



El reloj marcaba las 11 de la mañana. Una mañana bastante fría y nublada. Estábamos comenzando Octubre y mi 16 cumpleaños estaba aun mas cerca.

La mañana no invitaba para nada a salir de casa. Era la típica mañana en la que los pajaritos se acurrucaban en los árboles, las abuelas veían la TV desde el sillón, los niños aprovechaban para estar enganchados a la play, y los enamorados se abrazan para evitar que el helado frío, calara entre ellos.



Yo me dirigía a casa de Guille, por que aunque fuese un pequeño despiste el tener el móvil apagado, el no haberse conectado a tuenti, ni al MSN me daba mala sensación, así que para salir de dudas iba a su casa.



Me puse un pantalón vaquero, con una sudadera negra y las converse.

Cogí el móvil y las llaves.



-Mamá, voy a casa de Guille. No tardo ¿vale?

-Vale, cielo. No tardes que ya mismo vamos a ir a la casa de la tía Olga.

Mi tía Olga…¿Qué decir de ella..? La consideraba una hermana. Tenia 20 años. Su piel era muy morena y su cabello igual; moreno por los hombros. Sus ojos eran marrones y su simpatía y generosidad la hacían especial.



-Si, mamá no tardo -Me acerqué a ella y le dí un beso.

La casa de Guille quedaba a pocos minutos de la mía, 5 minutos, caminando lento .

Mientras iba hacia mi destino, todo era tal y como lo había descrito. Una pareja sentada en un banco de la plaza principal.

La chica estaba dejada de caer sobre el hombro del chico y él sonría y la abrazaba. Ambos estaban ajenos a los comentarios de la gente, ajenos a la rutina de todo el mundo, sumergidos en una película, en la que solo ellos eran los protagonistas.



Miré hacia el cielo, para observar a los pajarillos en los árboles. Parecía que de un momento a otro iba a llover. Al alzar la mirada una gota diminuta de agua cayó en la punta de mi pequeña y redondita nariz. Sonreí.

Era uno de esos días en los que ves las cosas desde el lado bueno , aunque desconoces la razón de ese positivismo.



Continué caminando. La lluvia no era fuerte, y la suave brisa me animó a quitarme la sudadera.

Cambié de acera y pasé por una casa que tenia la ventana abierta.

Desde dentro salía la voz de la TV. “Luchar por amor” una telenovela de gran éxito sin duda. Alguien hablaba, haciendo una especie de monólogo.

-Será estúpida la tía esta…Mira, mira, mira. ¿Cómo se atreve a quitarle el novio a Luisiana? Si ya lo decía mi padre que en paz descanse..¡Amigos ni uno!



Si..una abuelita habla consigo misma, a modo de reflexión exterior, seguramente producto de la soledad.



-Es triste ver como aquellas personas que un día lo dieron todo por sus hijos, ahora se encuentren solas..- Pensé.



Sin darme cuenta estaba en casa de Guille. Llamé al portero, y esperé la contestación:

-¿Quién es?-Contestó la madre de Guille

-Soy Patricia. Minerva ¿ está Guille?

-Ah ! Hola Patricia, pues no lo siento. Salió ayer por la noche, creo que se fue a casa de Fernando a dormir. Ya mismo vendrá.

-Es que lo he llamado al móvil y lo tiene apagado..

-¿Ah si..? Ahora llamo a casa de Fernando y que él te llame a ti ¿vale?

-Vale. Hasta luego Minerva

.-Hasta luego Patricia, ten cuidado.

-Si, si …-Contesté mientras me alejaba.



De vuelta a casa, pensé donde se podría meter Guille…

La inseguridad ahora se adueñaba de mi y la noche anterior venia a mi como una puñada que hacia mucho daño…



Llegue a casa y conecté el ordenador.

Abrí el correo y tenia cientos de correos nuevos, la mayoría de publicidad, pero había uno cuyo remitente desconocía y cuyo asunto era algo más que misterioso.

Lo abrí y en el lugar donde suele poner el correo del remitente, en este caso solo ponia :

El chico desconocido.

Y empecé a buscar en todo el mensaje pera no había nada,.Le dí a la barra para mirar más abajo…Y sólo encontré esto...

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