En ocasiones Maria, dudaba entre la realidad y la ficción.
Desde siempre ha preferido evadirse en un mundo lleno de ilusión y fantasia, donde en ningún momento sentia eso que llaman tristeza.
Sus alegres ojos eran la envidia y el que decir de todo el mundo, nadie podia entender como ella, a pesar de sus tragedias familiares y su vida llena de pena, podia estar siempre tan feliz y sonriente.
Un dia alguien preguntó por la razón de esa alegria. Maria sonrió de nuevo, e hizo caso omiso a esa pregunta.
Al dia siguiente la misma persona, le volvió a preguntar.
-Maria, ¿ Por que andas siempre tan feliz?
De nuevo Maria, sonrió. Esta vez optó por darle una respuesta.
-¿Debo llorar , acaso ? ¿Tengo que estar triste por lo que me ha tocado vivir ? ¿No hay quizás felicidad en este mundo que deba mostrar?
A lo que la otra persona contestó:
-Maria siempre sonries y tu familia esta apenada. Parece que te dá igual su tristeza.
La sonrisa desapareció de su rostro.
-Alguien tiene que hacer ver a los demás la suerte que tenemos de estar vivos, de tener salud y alimento. Si lloro por cosas insignificantes, ¿ quién será el fuerte? Hay cosas peores que nos pueden pasar y nadie se dá cuenta de ello...
Se despidió con una última frase...
Sonrie, la vida es demasiado corta para llorar.
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